lunes, 19 de diciembre de 2011

Tradición navideña

Aunque los grandes centros comerciales se empeñen en que cada año la Navidad llegue antes metiéndonos por los ojos desde los últimos artilugios de Apple hasta el turrón más tradicional, yo hago el tremendo esfuerzo de mentalizarme en que la Navidad realmente empieza el 22 de diciembre con el sorteo de la lotería.


Ese soniquete inconfundible hace que recuerde aquellas mañanas pegadas al televisor en casa de mi abuela mientras ella preparaba la comida o limpiaba lo que tuviera que limpiar. Durante esa mañana no necesitaba estar pendiente de mi, solo tenía que poner la televisión y que esta hiciera su trabajo.

Me fascinaba ver como los niños de San Ildefonso parecían pequeños robots cantando números y pedreas hasta que de repente cantaban uno de los premios importantes y todo se revolucionaba… en ese momento era como si se parara el mundo, e incluso mi abuela acudía ante el televisor con los décimos y papeletas que había ido comprando. Siempre el mismo resultado, siempre la misma frase: “Jaime, mientras tengamos salud…”

Muchos llaman al 22 de diciembre el “día de la salud” precisamente por lo mismo que me decía mi abuela. Todos, inconscientemente nos montamos películas en nuestra cabecita gastándonos unos millones que no tenemos, pero de ilusiones también se vive, y que por favor, ¡¡nadie nos las quite!!


Hace poco estuve en Madrid, y aluciné viendo como se formaban colas kilométricas ante Doña Manolita, una de las administraciones de lotería con más solera. No solo aluciné porque la gente puede estar haciendo cola durante varias horas para comprar su décimo, aluciné también porque en la puerta de Doña Manolita había cantidad de vendedores ambulantes que vendían, por un par de euros más, décimos de la misma administración… y nadie compraba a los ambulantes!! ¿Por qué? ¿Superstición? Yo más bien creo que es tradición, la misma tradición que es para mí que la Navidad empiece el 22 de diciembre.

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